A estás alturas de la vida
Le dije mientras acercaba la taza de café humeante a mi boca, con paciente elegancia le di un sorbo, apenas y su tibieza rozó mis labios, baje la taza de golpe al pequeño plato donde reposaba.
Ó te atreves a contradecirme? Le pregunte con ironía y sarcasmo levantando un ceja y sosteniendole la mirada entre mis largas pestañas.
con la seguridad y el ego de saber la respuesta. pues nadie a quien le e formulado antes esa pregunta, se a atrevido a hacerlo, a decir que va con el corazón avante y victorioso, nadie me a contradicho.
A esta edad, ya todos hemos tenido la terrible desdicha de cruzarnos en el camino con un asesino cruel de ilusiones, con alguna pueril inmadura emocional de traumas infantiles sin sanar, que termina cometiendo asesinato a sangre fría con nuestro corazón, el cerebro siempre, suele ser quien pague los platos rotos.
me observo en silenció y solo opto por asentir con la cabeza, dandome la razón de mi primer afirmación.
A estas alturas de la vida, ya todos cargamos un herida en el alma, ya todos cantamos a ronco pecho una cancion de despecho, a esta altura de la vida ya todos llevamos la armadura puesta, ya todo suena a mentira. Levanto la mirada incredulo.
De nuevo, opte por llamar al mesero, ordene un postre de queso dulce, era necesario, de mi boca ya salia demasiada hiel.
No es por desanimarte, me detuve, lo pensé y lo dije:
A estás alturas de la vida, solo obtendrás de una persona ruinas, pequeños pedazos de un amor que murió, miles de cajas de sueños que ya soñó con alguien más, esperanzas rotas, a estas alturas de la vida debes saberlo, algunas lunas ya fueron dedicadas, es el precio que hay que pagar y solo te deberás conformar a estas alturas de la vida.
Mine.
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