DOMINETAR

Me declaró inocente! Gritó; mientras se arrodillaba en medio del lugar, el juez la observo detenidamente con aquella compasión que se observa un animal herido, aquel frío silencio se quebró con la desgarrante pregunta.... ¿Y entonces? ¿Por que el asesinato? Todo sucumbió y su voz estalló: Sí,  fui yo quien lo asesino, no podia continuar un día más así, no podia permitirme seguir siendo presa de tan semejante pesadilla que me habatia, pasaban los días, ya era solo despertar para verle sonreír, ya solo dormia para soñarle, esuchaba el sonido de su voz y el sol brillaba, mas reluciente, deslumbrante cual fogata en pleno invierno, un dia de enero desperté, el primer pensamiento que atacó fue un susurró incesante, me dijo hazlo, sí no sucede hoy, ya no habrá retorno, te perderas en ese atardecer. Y lo hice, este dia lo hice, si fui yo!; Yo y nadie más, esta asesina se vistio de amor propio, se armo con su orgullo, así en este día e cometido asesinato, fue así, en primer grad...

Cerre mis ojos, despacio en silenció y estabas ahí, habia llegado el visitante más esperado.  Bienvenido a mis sueños, deje la puerta abierta por si está noche decias hoy sí a morfeo y sin previo avisó, entrabas de nuevo aquí a este lugar de sueños donde somos tu y yo, frente a frente, en la misma historia, sin un mundo de por medio, el invierno lleva tu olor y mis sueños también, en segundo inundas todo y todo solo es sobre ti,  que tiene tu veneno?  Que me quita la vida solo con un beso?  Tan certero Fito en su poema de canción, que a mi vicio de ti describe, a mi suicidio de tus besos, mi insaciable ansia de tus ojos, mi indiscutible nesecidad de viajar a la luna en ti, en mis sueños, donde somos tu y yo, por que ni el viento cabe entre tu y yo, no me dejes despertar arrullame, cargame en brazos, quiero mecerme en el compas de tus delicias y decidas quedarte un segundo más, que importa la hora, en los sueños, ahora besa mis piernas, ahora toma mi pelo y trenzalo m...

Le serví a tu fragil humanidad, fui el plato fuerte en la cena de tu ego, abri las puertas del jardín de las delicias, el país de los sueños, el mundo prohibido para un simple mortal, el gustó pecaminoso que se paga caro, dicen por ahí qué tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha, mas sin embargo con mis dos manos en tu cuello te até y me sostuve en un segundo inexistente, imperdurable de algún paralelismo que crea la mente de manera alterna y ahora, tan solo no existimos, nisiquiera los recuerdos de aquel instante diambulan por tu mente, pues jamás pasó, será a caso que aun están por suceder? y mi mente averiada trae solo deyabus de un eco a años luz en algún lugar inexistente, flashes deslumbrantes de tus manos en mi piel, pequeños destellos de instantes de tu boca en mi cuello, exhalando tu aliento tibio, todo acaba, en esta realidad no te regalo mi mirada, no vaya a ser que nuestros ojos coincidan y en ese microsegundo el universo estalle, contigo y conmigo aquí...

Tienes el otoño en la mirada, me dijo un día, mientras me observaba fijamente y mi mirada se perdía en el horizonte durante el ocaso, el sin imaginar que esa era mi epoca favorita del año, el otoño y sus atardeceres rojos, de cielos ensangrentados, sus brizas del norte con un aroma peculiar que indescriptiblemente me hacen desear correr en cualquier dirección, se siente un único sentido de euforia y libertad, como solo una noche de otoño lo puede provocar. Tienes otoño en la mirada, lo escuche, repetir, en silencio, impávida y vino a mi mente, cada otoño, cada luna de octubre en su noche estrellada, las mas hermosas, tan únicas, así como sus ojos de luna llena, vinieron a mi las calles repletas de ojas en el ocaso de los árboles, de como el silenció de las noches en otoño siempre son las mas inspiradoras. Tienes otoño en la mirada, lanzo la estrofa al aire, si imaginar que un tumulto de suscesos transitaron por mi mente, vaya que si, esa frase era para mí, me describía de l...

Quiziera decirte lo que quieres escuchar, que de mi boca salieran para ti, dulces palabras que arrullaran tus oidos. Pero no puedo, me dejo el corazón envenenado, rebosando de recuerdos y amargos sollozos, deseando cada segundo su regreso. Quiziera decirte que me invade el deseo de tus besos, que tus manos sobre mi piel son como un incendio que arraza todo a su paso. Pero no puedo, cada pensamiento lleva su nombre tatuado, de cada recuerdo que se interpone en mi pensamiento, dos son de sus ojos y el otro es de como se siente su amor. Quiziera decirte que te esperaba,  que te encontré y no te busqué, que tu sonrisa ilumina mi día, que cuento cada segundo por poder sentirte en mí.  Pero no puedo, por que mis ojos desbordan su nombre, por que mi caminar es para su deleite, me visto pensando en que me vera y me desvisto deseando que lo haga, que no apague la luz y me lea, qué arruyen sus sueños mis dedos, que la noche en vela siempre valdra la pena a su lado. Quiziera ...