INOCENTE!

Me declaró inocente!

Gritó; mientras se arrodillaba en medio del lugar, el juez la observo detenidamente con aquella compasión que se observa un animal herido, aquel frío silencio se quebró con la desgarrante pregunta....

¿Y entonces? ¿Por que el asesinato?

Todo sucumbió y su voz estalló:

Sí,  fui yo quien lo asesino, no podia continuar un día más así, no podia permitirme seguir siendo presa de tan semejante pesadilla que me habatia, pasaban los días, ya era solo despertar para verle sonreír, ya solo dormia para soñarle, esuchaba el sonido de su voz y el sol brillaba, mas reluciente, deslumbrante cual fogata en pleno invierno, un dia de enero desperté, el primer pensamiento que atacó fue un susurró incesante, me dijo hazlo, sí no sucede hoy, ya no habrá retorno, te perderas en ese atardecer.

Y lo hice, este dia lo hice, si fui yo!; Yo y nadie más, esta asesina se vistio de amor propio, se armo con su orgullo, así en este día e cometido asesinato, fue así, en primer grado, implicada está mi intención de acabar con el de manera premeditada, anticipadamente lo supe, esa mañana supe que hoy seria su ultimo día en mí, la tarde anterior tome un café caliente, italiano, sin azúcar, justo ahí, sentada bajo un árbol lo planeé señor juez,  con toda la intención de matar este amor que me consumía, me despedí.

Y aun así me declaro inocente! 

No pedí perderme en su mirada, no pedí no encontar el camino de regreso, no busque el calor de sus manos en mi rostro, ni una noche eterna a su lado, soy inocente, no pedí volver sus caricias mi mejor musa, no pedi que sus palabras fueran mi mejor libro para leer, soy inocente; ¡sí! yo lo asesine, ya no esta aquí,  se fue, soy inocente, ¡sí! yo lo asesine, pero su amor seria mi perdición, soy inocente, yo lo ame, ¡si¡ yo lo asesine, asesine al amor que yo sentía por él, asesine a sangre fría a mi amor por ti, pero no te agobies ya encendí, una veladora en su recuerdo.

Minet